Pudo haber sido maravilloso y cuando digo maravilloso me refiero al mágico momento en que al mirarnos agotamos un amanecer, y la noche me sorprendió reposando en tus ojos, viendo como la luna envidiaba nuestro brillo. A este tipo de genialidades me refería cuando decía que pena que haya terminado. Esas cosas son las que me hacen extrañarte hasta el hastío. Y aquí sigo sin entender porque las cosas hermosas siempre tienen un final.
Porque tenerte y no, son unas de las mejores cosas que me han pasado. Sé que no sirve revolver en el cajón de los recuerdos, pasa que muchas veces este vuelve sin avisar.
Y resulta que la magia no sucede todos los días. Igual no quiero volver, es solo melancolía, son esas pequeñas cosas que hicieron que de alguna forma te quedaras en mi corazón. Porque a pesar de la triste despedida y del turbio final, creímos encontrar en el otro un alma para amar.
Pero como todo lo que brilla luego el tiempo se encarga de gastar. De aquello solo queda nada.
Es increíble como dos almas que se desnudan y se reconocen en solo un instante luego vuelven a ser dos seres completamente extraños, duele ver como el amor se va.
Pero la vida sigue y cuando menos te lo esperas te vuelve a dar una razón para volverte a enamorar.
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