Me voy a dormir pensando en vos, el reloj contó varias horas
de nuestra conversación. Lo que los minutos desconocen es que entre nosotros
hay un universo de vidas que nos incluyeron, que nos hospedaron y nos hicieron
ser quienes somos hoy.
Hoy no fue tu sonrisa quien me ilumino, mas pudieron tus
palabras despertar en mi la ternura que describe tu canción. Aquella que aun no
encuentras pero que escapa en cada cúmulo de letras que fluyen de tu corazón, cuando
te despojas de la coraza de la imagen del tipo que todos quieren ver, cuando sin saberlo me regalas los versos que componen
tu poema, cuando abrís el pecho y sacas el alma a pasear. Cuando te entregas a mí
como sabiendo, como intuyendo que seria incapaz de lastimarte, cuando compartís
tus miedos y me dejas ver al niño asustado que vive en vos.
No puedo menos que adorarte, ya que movilizas cada fibra de
este alocado corazón, ya que despertas el arte que vive en mí, me trasladas al
mar, me provocas un pool de sensaciones, que se comparan con el sentido de la
libertad y con otros deseos intangibles que carecen de precio alguno.
Hoy comenzamos a
desnudarnos y sin quitarnos la ropa, pude acariciar la razón por
la que me haces palpitar los versos que viven en mi cabeza. Pude sentir como tu
melodía penetraba en mí dejando que las palabras salieran a completarla. Pude
sentirte cerca aun cuando la distancia sea solo el tiempo.
Mientras algunos se halagan la ropa nosotros nos festejamos
los versos, nos regalamos canciones y dejamos al tiempo hacer lo suyo. Poco
saben los relojes de la magia de dos almas que sus voces no dejan callar, poco
entienden las agujas que cuando ellas se reencuentran se reconocen y no hay
horarios que detengan la sensación.
Me voy a dormir con
toda tu poesía, el resto de nuestro encuentro lo dejo librado a la imaginación…
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